Cuando Jennifer Aniston recogió anoche su trofeo a la mejor actriz en los SAG Awards, los fans no pudieron evitar fijarse en su llamativa elección de estilo. Con un vestido blanco de satén de Christian Dior, Aniston aportó un aire majestuoso a la ceremonia, pero quizá el elemento más emocionante de su look fue su edad. Mostrado por primera vez en la pasarela durante la colección Primavera/Verano 1999 de John Galliano, el vestido de Aniston debutó cuando aún era una habitual de Friends. Adquirido en la tienda de lujo de Beverly Hills, LILY et Cie, el look estuvo en los archivos de su propietaria, Rita Watnick, durante 20 años antes de que Aniston lo descubriera. «Es un vestido vintage que tenía, una especie de regalo que me hice a mí misma», dijo a Entertainment Tonight. «Esto es una inversión. Son diseñadores que trabajan para casas concretas; yo solo tengo un par».
Puede que Aniston sea modesta en cuanto a su colección, pero a lo largo de los años ha exhibido una alineación estelar de piezas retro. A diferencia de Winona Ryder y Chloë Sevigny, famosas por su afición al «thrifting», Aniston ha sido una apreciadora sigilosa. Su afinidad por los estilos minimalistas y atemporales hace que incluso sus momentos de aprecio por la vieja escuela se integren a la perfección en una estética global. Sin embargo, incluso con sus diseñadores y siluetas favoritas -la actriz nunca ha encontrado un escote pronunciado que no le gustara-, cada look sigue teniendo su propio sabor. Puede que el estilizado vestido de Dior de anoche comparta etiqueta con el vestido rosa rubor adornado con lentejuelas que llevó a los Emmy con su entonces marido, Brad Pitt, allá por 2002, pero no podrían ser más diferentes. Asimismo, el vestido dorado de Galliano con encaje que lució en la ceremonia de los SAG de 2015 dista mucho del slip negro con volantes que eligió para la gala de la SAG Aftra Foundation del año pasado.
Aniston, una de las estrellas de Hollywood con un estilo más consistente, sabe exactamente lo que le gusta: ondas playeras cortesía de Chris McMillan, conjuntos poco recargados y un poco de bello vintage. Junto con sus estilistas de toda la vida, Clare y Nina Hallworth, ha podido infundir a su guardarropa una moda que refleja su amor por el buen diseño. También es un recordatorio oportuno del deseo de una temporada de premios más sostenible, en la que las celebridades vuelvan a llevar grandes piezas, compren sus armarios y aprecien que el verdadero estilo no está dictado por la búsqueda de lo nuevo. De forma discreta, Aniston está ayudando a dar forma a un nuevo tipo de alfombra roja, un look vintage a la vez.
